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Foto del escritorDr. Ruth Marí Calderón

No es un gigante, es una realidad

Existe un gigante que siempre debemos de poder enfrentar, esta es la adversidad. La adversidad no es una enemiga, sino la entrada al crecimiento más importante tu mundo interno .


Hay que clarificar propósitos, darle un sentido a la vida. Cada prueba superada nos irá fortaleciendo. Y aunque las dificultades o adversidades nos muestren nuestras partes más vulnerables, el hecho de superarlas nos ayudará a avanzar con más seguridad y confianza.


En un estudio llevado a cabo por los psicólogos Linley, PA, y Joseph, S. de la Universidad de Warwick, Reino Unido, se demostró que las personas capaces de afrontar los momentos difíciles, adquieren valiosos aprendizajes para encarar el futuro con mejores recursos.


«Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos» -Viktor Frankl-

Todos atravesamos momentos difíciles a lo largo de nuestras vidas. Afrontar la adversidad es algo más que un deseo o un propósito, es una necesidad, una obligación que integrar en la mente y el corazón. Ahora bien, si hay algo que todos sabemos es que aplicar este enfoque y desplegar adecuados recursos del cambio no siempre es fácil.


Las dificultades que nos encontramos en uno u otros momentos de nuestras vidas como la pérdida de un ser querido, una ruptura amorosa o la mala noticia de un despido pueden ahogarnos en un océano de malestar. Tanto si lo queremos como si no, nadie es inmune a la adversidadNinguno nos encontramos a salvo de los vaivenes del destino, buenos y malos.


Ante una situación difícil hay veces que nos cuesta aceptar que nos está afectando. Todo ello pone murallas a la hora de afrontar la adversidad. Si nos negamos a reconocer lo que duele, no avanzamos. De algún modo, estamos obligados a entender que el dolor, es parte del proceso de recuperación. Aceptarlo, integrarlo, desmenuzarlo y canalizarlo es parte de todo proceso terapéutico.


Te animo a confiar en Dios y entender que todo pasará, más su palabra no pasará

Dios no se opone a que hayan adversidades en nuestra vida.


- Estas forman parte del plan que Dios tiene para nosotros y su propósito son enseñarnos a crecer y desarrollarnos como hijos de Dios. 


- Sin adversidades no aprenderíamos a ser vencedores, a sobreponernos, a luchar y ganar. 


- En medio de ellas la fe en Dios es fortalecida y somos impulsados a acercarnos más a Dios.


-Las adversidades no son en sí realmente un problema. 


-El problema radica en la actitud que tomemos frente a ellas.

 

- Si aprendemos a ver las adversidades con los ojos de Dios no nos desesperaremos sino que las enfrentaremos con confianza y seguridad y saldremos avantes.


- Las adversidades son una oportunidad para acercarnos a Dios y aprender a confiar en su fidelidad.


“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”. Isaías 43:2


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